Los científicos nunca hemos salido de la edad de los porqués

¿De qué hablamos cuando hablamos de ciencia? ¿De tubos de ensayo, probetas, gente con guardapolvos y bichos en la cabeza? ¿De una zanahoria que nunca alcanzaremos? ¿De un discurso de cierre de campaña? Bueno, sí, de todas esas cosas. Pero también de otras mucho más importantes, de esas que se atesoran, que maravillan, que hacen abrir los ojos y caer las mandíbulas y que, en definitiva, nos hacen ser mejores personas. La ciencia, se sabe, no es más que un modo de conocer la realidad (y digo "un" modo porque sin duda hay otros: el que diga que nunca abrió el diario por la página del horóscopo que tire la primera piedra), pero de manera realmente muy poderosa: a puro preguntazo.

Así comenzó la entrevista que realizaron en el Programa radial C.A.I.E. de Simoca "De lo Nuestro para Todos" las docentes Estela Almaraz y Valeria Acuña a la Docente Estela Zerda de la Escuela N° 15 de Pampamayo quien ganó por tercer año consecutivo el Primer Puesto de Feria de Ciencias del Interior con el Trabajo titulado Historias III y el ansiado pase a la Feria Nacional de Ciencias que asistió a nuestro programa acompañada de las Autoras del Trabajo de Investigación, las alumnas Maira Costas y Rosita Valenzuela.

Parafraseando al gran científico (en el sentido de "gran preguntón") John Lennon, podríamos decir que la ciencia es eso que nos pasa mientras estamos ocupados haciendo otros planes. Y tal vez eso es justamente lo que hay que saber sobre ciencia: que no es más que una actitud inquisitiva, que es romper con el principio de autoridad (ese que dice que las cosas son así porque las digo yo, o el Papa o el general) y que es atreverse a cuestionar, cuestionarse y ser cuestionado. Imagino el terror de los docentes frente a este planteo, ¿Y nosotros qué, eh? ¿Qué hacemos con tanta pregunta suelta? Muy sencillo, pero harto desafiante: acompañarlas, hacerlas crecer, idear experimentos para avanzar en la niebla y, sí, generar nuevas preguntas. La ciencia está allí para ayudarnos a tomar decisiones, para entender un poco más al mundo y, por qué no, querer cambiarlo, como corresponde. Aunque, sobre todo, está allí para hacernos mejores personas. Casi nada.